Hoy para acabar la semana os traigo otro relato corto. Comenzamos la semana con un relato reflexivo y la acabamos con un relato ficticio. La historia es una situación dolorosa que todos habrán podído vivir. El rechazo, el amor no correspondido. Por suerte para mí, estoy alejado de ese mundanal ruido y nunca me ha pasado nada como lo que aquí relato, pero seguro que muchos han pasado por un doloroso trance como el de nuestro relato de hoy.
Este relato lo escribí en 2009, yo tenía 16 años y creo que esta bastante bien. Recientemente lo recupere y remodelé, porque el Aarón del 2009 cometía alguna que otra falta de ortografía digna de ser ejecutado a garrote vil. Tras remodelarla la incluí en mi recopilación de relatos cortos.
Ahora os dejo con mi humilde prosa. Disfruten.
De repente frente a frente, allí estaba ella, con su sonrisa, con su belleza, el chico no se lo creía, era el ambiente propicio, todo estaba hecho como para que únicamente allí, pasara algo mágico.
El chico durante toda su vida había escondido sus sentimientos, le daba miedo mostrarse débil y lo enmascaraba todo en un halo de bromas y buen humor, que atraía a mucha gente, pero pese a ser un tipo querido por sus semejantes, siempre le faltaba algo.
Ese algo estaba ante sus ojos, era ella, no podía ser otra, la mente del muchacho sabia que no podía ser otra, se negaba a pensar que pudiera haber fuera de su burbuja una mujer más predestinada a el, que la que tenia delante.
Era el momento, no podía dejar pasar la oportunidad, en ese ambiente, en ese lugar, si lo dejaba pasar habría perdido su ultimo intento de alcanzar la inmortalidad, de hacer algo grande.
Ambos se acercaron, ella sonrió, el también, simplemente conectaron, el lo sabia, lo sentía, pero siempre quedaba el miedo de lo que ella pudiera estar pensando. No se lo pensó mas, la miro a los ojos y trago saliva, tomo fuerza y emprendió, él, el orador nato, las palabras más importantes de su vida.
"Se que puede que te rías, pero tengo que decirte esto. Me gustas mucho, siempre nos hemos llevado muy bien, pero creo que mis sentimientos me piden que intente algo contigo, que no me estanque, que luche por lo que quiero, y lo que quiero eres tú. La felicidad es para los valientes, si no arriesgas no ganas y yo, hoy, he querido jugarme esta última carta, esta última bala, que puede llegar a tu corazón o chocar contra tu coraza, rebotar e impactarme, como una cuchillada helada, en mi corazón. Eso aún no lo se, podría dejar de hablar y despejar dudas, pero creo que no seria justo con mis sentimientos, si no los suelto todos, si no saco de dentro de mi este fuego que he guardado tantos años. Quiero que lo sepas todo, precisamente esa es la palabra, Todo, para mi lo eres todo y sin ti no imagino una vida feliz y plena sin tu compañía. Hay mas cosas dentro de mí, pero compréndeme, los nervios han hecho mucho a favor de que las olvide. Eso es todo, tú lo eres todo. Por tanto te voy a decir algo que nunca diría a nadie: ¿Quieres formar parte de mi vida? ¿Salir conmigo?"
La chica, con la mirada viva y los ojos llorosos, procedió a contestar:
"Es precioso, me ha encantado, que me escojas a mi para una relación, para expresar tus sentimientos, en este paraje, en este ambiente de película romántica. Yo también te quiero"
Ya esta, lo había logrado, su sueño, su motivación, su alegría de vivir, lo había conseguido.
"Pero no de la misma forma"
Esa palabra jamás las olvidaría. Nunca antes seis palabra habían dolido tantísimo, todo se derrumbaba, todo se hundía, no lo había logrado, no había ganado.
"Te quiero mucho y eres mi mejor amigo, pero no quiero tener una relación y tenerla contigo seria romper nuestra amistad y eso si que es malo"
Rabia, rabia sentía el chico, el se había abierto, lo que nunca había hecho, ni imagino hacer, para nada, para recibir uno de los rechazos mas dolorosos. Su corazón se había echo trizas. Y mientras esto sentía el chico, el cielo ya oscuro se nublo y comenzó a chispear.
La chica seguía, pasando un mal rato, rechazándole:
"No quiero tener una relación, es solo eso, pero si algún día la tuviera seria con alguien tan bueno como tu"
El chico se sentó en el banco de piedra que había frente a las rocas de la playa.
Ella se despidió, como si con ese acto se librara de un enorme peso:
"Bueno me tengo que ir, llueve y eso….."
El chico levanto la cabeza, ya mojada por la lluvia.
"Adiós" – Le dijo.
Ella lo miro con tristeza.
"No estés mal" – dijo – "Adiós"
Y se alejo, el chico, sentado en el banco, con la lluvia cayéndole encima y también sobre el mar, no podía apartar la mirada de ella.
Era tarde, de esta no salía. Su vida acababa ahí, en ese preciso instante.
Para colmo, la chica una semana después, estaba saliendo con otro chico, que precisamente sensibilidad no tenia.
Pero de amor, a veces lamentablemente, nadie se muere. Y el chico se hizo fuerte, de acero, de hielo; se hizo un hombre impasible, pero al que esta experiencia había servido para ver que hay algo mas allá del amor, de las relaciones.
Había nacido el hombre sublime.
Y ya nunca querría ser otro.
Y eso es todo. Tengo una mente compleja. Soy un capullo insensible, pero a la hora de la escritura, se ponerme en situación y me va bien.
Espero que les haya gustado. Yo me despido hasta el Lunes y les deseo un buen fin de semana. Quieranme.
Aarón Hernández.
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