Bienvenidos todos a un nuevo miércoles en 7Artes. Hoy va a
ser un día de cine, pero no como habitualmente lo es. Hoy no habrá reseña, ni
crítica a ningún film. Hoy vamos a hablar del cine romántico. Analizaremos si
es bueno o malo. Si ha desmejorado el cine o no y un largo etcétera.
El cine romántico, como todo género, está dividido en muchas
vertientes y un gran porcentaje de las producciones románticas han salido de
adaptaciones de libros de la misma índole. Esto es peligroso. Si el libro es
malo, la película será mala. Si el libro es bueno, la película puede ser mala.
¿Qué nos dice esto? Pues que adaptar un libro al cine es una labor muy
complicada como se ha demostrado, por ejemplo, con El Gran Gatsby.
El cine romántico ha ido desmoronándose con el paso de los
años. ¿Por qué? Porque ya lo hemos visto todo. Al principio el cine romántico
nos traía grandes tragedias de Shakespeare, comedias ligeras como las Screewball comedies o guiones
impresionantes que nos contaban historias de amor que tenían un final original
y sorprendente como Casablanca.
La evolución ha ido por el camino de la Screewball comedy pero sin mantener el frescor. La época dorada de
las comedias románticas de los años 30 y 40 nos presentaba historias cómicas
con pequeños toques de cine negro, pero en las que primaba la historia chico –
chica y poco más. Sin embargo, mantenían la originalidad de dejar a los dos
sexos en un mismo plano. No había ni héroes, ni damiselas en apuros.
Por esta vertiente, como ya he dicho, quisieron evolucionar.
Y así se ha llegado hasta hoy día. Nos encontramos con una gran cantidad de
comedias románticas de las que se hicieron dueñas actrices como Julia Roberts,
Sandra Bullock y otras tantas. Comedias ligeras, que no te hacen pensar y que
tienen un final totalmente esperado.
En el apartado de comedias románticas, Woody Allen nos dejó
algo de vida. Nos otorgó obras como Annie
Hall y Manhattan. Dos obras de un
calado trascendental en la comedia y que tienen importantísimos tintes
románticos. Estas comedias son mejores que las otras porque son ingeniosas,
originales y son comedias de verdad. En muchas ocasiones las comedias
románticas solo logran sacar una sonrisa, como mucho.
En el otro apartado están los dramas románticos. Las
películas serias, pero no por ello mejores. Los dramas románticos también están
de capa caída, debido principalmente a que son adaptaciones de libros
románticos actuales. Esos libros son obras bastante malas, siento decirlo.
La literatura ha llegado al punto de estar inventada por y
para las adolescentes. Eso está muy bien. Tiene que haber literatura que haga a
los jóvenes leer. Sin embargo, no les hace pensar. Es cierto que son cosas que
los enganchan y que no podemos poner a gente de 16 años a leer obras de mayor
calado, pero eso no quita que la originalidad brille por su ausencia.
Y lo mismo pasa en el cine. Sparks se ha metido de lleno en
las pantallas. Desde El Diario de Noah no
ha parado de escribir y ser adaptado al cine en innumerables ocasiones. Sus
libros no me gustan. Me parecen cosas fáciles de escribir, escritas para
agradar a un determinado público y me parece ser un vendido, sinceramente. Pero
es lo que vende. Y como vende ahí tenemos sus adaptaciones al cine Un paseo para recordar, Querido John y La última canción. Y más adaptaciones
que tendrá este hombre que escribe bien, pero su contenido no es bueno.
Desmejora la literatura y desmejora el cine.
Moccia es otro. Este escritor, además, ha tenido la mala
suerte de que sea en España donde adapten sus novelas al cine. Con Mario Casas
y compañía, convirtiendo así unos libros normalitos tirando a reguleros en unas
películas horribles e infumables desde todos los puntos de vista. Las
adaptaciones italianas tampoco son la calidad hecha cine pero les dan 3000
patadas a las españolas.
Así vemos títulos como A
tres metros sobre el cielo y Tengo
ganas de ti. Y así le va a Moccia, forrándose a costa de venderse. Hasta
ahí un musical de A tres metros sobre el
cielo. ¿Por qué? Porque es lo que se lleva ahora, cuando el musical de Los Miserables lleva existiendo años y
años.
Estas películas crean gente con problemas. Gente que pone
candados en puentes y jode al gobierno Francés y gente que pone candados en
farolas y hace que se desprendan, como sucedió en Italia, de donde salió el
amigo Moccia.
Ante todo, hay que respetar. Respeto a quien ve películas de
este tipo. Respeto a quien ve comedias románticas. Pero la realidad es que en
cuanto a dirección y sobre todo, guión, no valen un duro.
Esta ha sido mi valoración. Para gustos, colores. Como siempre os digo, tened criterio. Nos vemos después de las vacaciones. Ya daré mañana un comunicado para explicar cuando volveremos y eso. Un saludo.
Aarón Hernández.
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