Jack Lemmon, amigos. Uno de los más grandes del cine y una
de mis debilidades cinéfilas. Sus películas son clásicos que maravillan pese al
tiempo que pase. Para mi, Lemmon es uno de mis actores favoritos de todos los
tiempos y por ello, hoy en 7Artes, le rindo esta homenaje.
Descubrí a Jack Lemmon por primera vez en su interpretación
del Profesor Fate en La carrera del siglo
de Blake Edwards. Desde entonces me quedé prendado de esa capacidad que tenía
de ser sobreactuado sin sobreactuar. Algo extraño pero que solo podía lograr el
grandioso genio de Lemmon. Por ello decidí seguir a este actor a lo largo de
toda su filmografía.
Su fantástica sociedad con Billy Wilder fue otro de los
puntos fuertes en la carrera del genio nacido en Massachussets. Desde Con faldas y a lo loco ambos se
asociaron en una relación director – actor imperecedera. Wilder entendía a
Lemmon y Lemmon entendía lo que quería Wilder. De esa unión nacieron películas
como El Apartamento o Irma la dulce en las que los clásicos líos
que proponía Wilder le sentaban como un guante a un Lemmon que nos cautivaba
con su personaje pusilánime y su risa sobreactuada.
Pero Lemmon también supo ponerse en la piel de un drama. Un
drama irónico y mordaz, casi negro. Esa fue la película de Blake Edwards Días de vino y rosas. Una actuación
sublime que nos muestra a un Lemmon diferente, a un actor capaz de ponerse en
la piel de un alcohólico en este melodrama.
Todo esto fue en los 60s. Sin embargo, ya en 1955 había
ganado su primer Oscar, a mejor actor secundario, por Escala en Hawai. Su segundo Oscar, esta vez a mejor actor
principal, le llegaría en 1974 por su increíble interpretación en otro drama, Salvad al tigre. Demostrando así, su
fantástica capacidad para trabajar en varios registros. Aunque, para mi, la comedia
siempre será su mejor faceta.
Y si hablamos de comedia y de Lemmon, hay que hablar de
Walter Matthau. Su mejor pareja masculina en el cine. Ambos formaron una pareja
cómica mítica. Su primera colaboración juntos fue en el film En bandeja de plata. El grandioso éxito de
la cinta los catapultó a otras más como Primera
plana, La extraña pareja o Aquí un
amigo.
Y por aquella época aconteció otro gran momento, cuando en
los Globos de Oro, Ving Rhames ganó frente a Jack Lemmon y decidió, al ser un
gran fan de Jack, darle el premio en reconocimiento a su gran carrera. Gesto
que fue notablemente aplaudido.
Finalmente Lemmon fallecería en 2001 de un cáncer de colon. Sin
embargo, su leyenda aún vive y se ha labrado un nombre en la historia del séptimo
arte. Por ello, merece el aplauso de todos aquellos que amamos el cine en
particular y el arte en general.
Mis tres películas favoritas de Jack Lemmon son Con faldas y a lo loco, El Apartamento e
Irma la dulce. Todas ellas dirigidas
por Billy Wilder.
Y esto ha sido todo por hoy. Sean felices, como yo.
Aarón Hernández.
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