lunes, 18 de febrero de 2013

Fiestas y Marketing.


Bienvenidos jovenzuelos del mundo. Una semana más estamos aquí en 7Artes. No, aún no he muerto, lo siento. Hoy vamos a hablar de las fiestas creadas por las multinacionales. En muchas ocasiones hemos oído eso de que la Navidad y San Valentín son creaciones muy comerciales. Hoy lo analizamos.

El pasado Jueves fue San Valentín y las calles, las redes sociales y la casa de tu madre se llenó con miles de amantes regalando bombones y flores. Todos ellos regalos muy originales y nada trillados. Todos festejaron, se amaron y comieron perdiz hecha con trozos de tofu.

¿Y el que no regaló? Es común oír eso de que no importa si tu pareja te regala, solo importa estar con ella. MENTIRA. Sabemos según un estudio de la Universidad del chicle que si alguno de los dos miembros de una pareja o cuatro en caso de los mormones, no regalan nada, ahí hay problemas. Y ya fuera de bromas, no hace falta que una Universidad ficticia haga estudios porque está claro que los regalos entre parejas en San Valentín son necesarios para no acabar durmiendo en el sofá.

¿Porque? Porque así lo quieren las multinacionales. Un día dijeron: "Explotemos a los ciegos". Y así se creó San Valentín, no la ONCE. Los jefes de marketing fueron hábiles como solo se puede ser si trabajas en marketing. Así se aprovecharon de la epidemia de parejas y sacaron beneficios. Y todos participaron de ello, sacando dinero de regalitos como peluches, tazas con corazones y bombones.

Las floristerías festejan éste día. Para ellos San Valentín es el gordo de la lotería y también para las pastelerías. Y me ha salido un pareado que confirma que soy un rapero en potencia. La realidad es que todas las fiestas han acabado politizadas por el marketing. Papa Noel fue creado por Coca Cola y la Navidad en si ha degenerado en una especie de fiebre consumista.

Sin embargo, la Navidad ha existido siempre y aún hay gente que saca a relucir el verdadero significado de la festividad. Y más ahora en tiempos de crisis. San Valentín es totalmente artificial. El día de San Valentín es un compendio de santos con ese nombre. Uno de ellos persiguió toda su vida a una dama a la que no pudo encontrar y acabó descuartizado. Su corazón fue lo que conservaron, por eso es el símbolo del día de San Valentín.

Y un día un ejecutivo dijo: "Corazón = Enamorados = $". Y esa es la historia de la festividad que tanto ha dado que hablar y que sufrimos el pasado Jueves. Y dicen eso de que un hombre debe currarse la relación los 365 días del año. La realidad es que la culpa de la importancia de San Valentín recae en gran medida en las propias mujeres que dicen eso de los 365 días y luego se cabrean si no tienen regalo. Y luego están las que presumen de regalo por super guapas. Igual.

¿Acaso no sacamos dinero de todo? El dinero mueve más que cualquier otra cosa material y los sentimientos mueven más que cualquier otra cosa terrenal. Ahí está la clave. Si creamos fiestas que impliquen sentimientos, podemos sacar dinero. Regalos de Navidad y San Valentín. Impuestos por entrar a las cofradías, puestos de golosinas en Semana Santa. Regalos del día de la madre y el padre. Sorteos de lotería en Navidad, en año nuevo y en el día del padre. Es así, sentimientos a cambio de dinero. Y eso está muy bien.

Eso si, siempre deben ser sentimientos populares, llenos de arcoiris y alegría. Los días dedicados a la lucha contra enfermedades no molan. Los sentimientos de lucha, las ganas de vivir, no venden. Cuando deberían ser los sentimientos que más vendiesen. La hipocresía está en todas partes. Por ello, si podemos romper una lanza en favor de los días que conmemoran la lucha contra enfermedades, deberíamos hacerlo. Es más importante dar ánimo a esas personas que lo necesitan para luchar.

Cuantos niñatos y niñatas absurdos se han quejado por no tener regalo de San Valentín, por no tener novio/a ese día y al día siguiente ni se han parado a pensar que era el día mundial de la lucha contra el cáncer infantil y que ese día había gente sonriendo. Gente que sonríe cuando igual debería quejarse de no tener pelo, de estar débil, pero no. Tienen ganas de vivir y lo demás está de más.

En resumen. Mucho marketing y mucha hipocresía pero siempre tendremos las cosas que lo superan. Las ganas de vivir, la lucha, el amor de verdad y las cosas de calidad. Menos literatura basura, menos cine absurdo para el fenómeno fan, menos lloros por cosas sin importancia. Más valor, damas y caballeros. Más humildad.

Y esto ha sido todo por hoy. Empezamos fuerte la semana. Recuerden lo que decía Georges Duhamel: "Nunca he engañado a mi mujer. No es ningún mérito. La amo". Odiadme, que me estoy construyendo un adosado en Río de Janeiro.

Aarón Hernández.

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