(Contiene Spoilers)
Bienvenidos un lunes más a 7Artes. Hoy os traigo algo que
prometí el pasado lunes y es un homenaje a uno de los personajes más
espectaculares que he visto en toda mi “carrera” como visualizador de cine y
series de televisión. También, porque no decirlo, en mi carrera como lector. Y
es que Richard Harrow, el hombre del que hoy vamos a hablar, es increíble.
Primero os pongo en situación, Richard Harrow es un
personaje de la laureada serie de la HBO Boardwalk
Empire, que narra el inicio del crimen organizado y del contrabando en EEUU
durante la época de la ley seca. La serie es una maravilla, protagonizada por
Steve Buscemi, un actor que me encanta desde que lo vi como el Sr. Rosa en Reservoir Dogs. Buscemi interpreta a
Enoch “Nucky” Thompson, un personaje inspirado en el político y criminal Enoch
“Nucky” Johnson.
También podemos encontrar otros personajes históricos como
Charles “Lucky” Luciano, Arnold Rothstein o Al Capone, cuando aún no era nadie.
Sin embargo, uno de los más destacados y tridimensionales es precisamente
alguien que nunca existió. Hablamos de Harrow, el hombre de la máscara, el
francotirador y el veterano de la Primera Guerra Mundial.
Richard Harrow aparece por primera vez en el capítulo 8 de
la primera temporada y no fue hasta la 2ª temporada cuando se convirtió en un
personaje fijo en esta serie con un reparto tan coral. Harrow ha pasado a ser
ese personaje que en algunas ocasiones aparece poco o habla poco, pero no es un
personaje más.
Harrow llena la pantalla cada vez que aparece, su presencia
y su aspecto dicen más que cualquier palabra, pero cuando abre la boca y oímos
su profunda voz, sabemos al 100% que tiene algo importante que decir. Y lo
hace. Es capaz de llenarnos el corazón de ternura con tan solo dos líneas de
diálogo.
Harrow es un veterano francotirador que sufre las miserias
de la guerra. Concretamente está desfigurado. Le falta casi toda la parte
izquierda de la cara. No tiene ojo, ni mandíbula y tiene muchos indicios de que
se le practicó una especie de traqueotomía. No se sabe como, ni porqué, pero
sobrevivió y oculta sus lesiones tras una máscara que es una reproducción de su
cara y que tapa la parte izquierda. Así su aspecto es más que tosco e, incluso,
repulsivo.
Pero bajo esa máscara se ocultan otras cosas a parte de la
desfigurada cara de Richard. Se ocultan sus inseguridades que se muestran desde
el primer momento en el que habla con James Darmody (Michael Pitt). Un hombre
solitario y abandonado por aquellos por los que luchó. Un ser triste y
melancólico que llena de melancolía a los demás y nos hace volcarnos de lleno
en su historia.
“La base de la ficción
es que todos estamos conectados de alguna forma. Pero en realidad no es así”.
Es la frase que Harrow le dice a Darmody para justificarle porque ya no le
gusta leer los libros que le envía su hermana, Emma. Emma es su hermana gemela
a la que aún no hemos visto pero a la que le debemos mucho. Harrow se sincera
con la mujer de Jimmy, Angela Darmody cuando esta le pide que pose como modelo
para uno de sus cuadros y este lo hace sin máscara. Richard se quita en ese
momento la máscara y deja salir sus sentimientos y explica, quebrándonos el
alma a muchos, como vivió con el amor de su hermana y tras volver de la guerra,
no sentía nada al verla. Una escena espectacularmente emotiva.
Nos ha regalado otras, como la que mostré el lunes pasado.
Richard y su libro de recortes en el que más adelante pega el retrato que
Angela le hizo. También nos muestra su fondo cuando se va a suicidarse al
bosque y un viejo perro le quita la máscara. Ese momento en el que uno de los
campistas con los que se encuentra le dice “Este
perro es un viejo soldado que aún quiere luchar” es simplemente sublime.
Aún le quedaba por sufrir a un Harrow que le preguntaba a
Jimmy si lucharía por él, en una de tantas escenas míticas. Angela sería
asesinada y poco después lo sería Jimmy. Harrow se quedaba así sin su amigo y
sin la mujer de este, aquella con la que se había mostrado tal y como era. Sin
embargo, aún le quedaba el pequeño hijo de los Darmody, Tommy. Su amor hacia
Angela y Jimmy se ve reeditado sobre la figura de Tommy. El pequeño no le tiene
miedo a la extraña figura de Richard, que se convierte en su cuidador y en el
camarero del burdel que monta Gillian Darmody, la madre de Jimmy y abuela de
Tommy, que parece empeñada en hacer que el pequeño se olvide de sus padres.
Ahí vemos los esfuerzos de Harrow por recordarle al niño de
donde viene y quienes eran sus padres. Esto le provoca la enemistad con Gillian,
que se ve acrecentada cuando Richard encuentra el amor. La hija de un veterano
de guerra malhumorado, Julia Sagorsky. Con ella vuelve a sentir y es feliz.
Pero Gillian lo apartará de Tommy y llenará la casa con los secuaces del
villano de la tercera temporada, Gyp Rosetti (Bobby Cannavale).
Ese es el punto de inflexión del personaje. Richard haría
cualquier cosa por Tommy y la hace. Durante toda la serie, Harrow nos
desconcierta siendo un personaje dulce y a la vez, un tipo que hace lo que
debe. Y su trabajo es matar. Así mató a sangre fría al asesino de Angela y
luego fue cuestionado por Thompson (Steve Buscemi) acerca de la seguridad de
este y su familia.
Ya nos tenía acostumbrados a ser un sanguinario asesino,
pero capaz de justificarnos todo lo que hace. Así, en el final de la tercera
temporada nos deja boquiabiertos cuando prepara su arsenal y se va a salvar a
Tommy, llevándose por delante a todos los matones de Rosetti. Una escena enorme
en la historia de la televisión.
Por todo lo contradictorio del personaje, es tan único. Tan
tridimensional y tan fantástico. Esperemos que siga creciendo en la cuarta
temporada y que nos lo mantengan con vida mucho tiempo. Maravilloso y sublime.
Y mucha culpa de ello tiene la fantástica interpretación de
Jack Huston. Como ya dije es el nieto del director John Huston, que nos regaló El Halcón Maltés, y es sobrino de
Anjelica Huston. El actor inglés nos regala una actuación mayúscula que nos
deja sin palabras.
Y esto ha sido todo por hoy. Espero que vean Boardwalk Empire y se regocijen con la
gran cantidad de atractivos personajes y sobre todo, con Richard Harrow. Un
saludo. Sean felices, como yo.
Aarón Hernández.
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