Bienvenidos al cierre de esta trilogía que han sido mis
análisis de Mecano. ¿Habrá más? Quizá algún día. Lo que está claro es que hoy
cerramos este apartado con uno de los temas más icónicos de la historia de la
banda formada por Ana, Nacho y el otro ¿Cómo diablos se llamaba el otro? ¿Si
era el que escribía la letras?
Da igual, pasando. Vamos ya con el cierre al análisis de
Mecano. Mujer VS Mujer.
Mujer VS Mujer
Pues no amigos, el título no significa que El Otro de Mecano
se haya puesto tontorrón y haya escrito una canción sobre mujeres peleando en
el barro mientras se les escapa un pezón del bikini. Resulta que Mecano estaba
muy comprometida como banda con la homosexualidad y en medio de una época
difícil (Ojo, no muy difícil, que el franquismo ya había pasado) escribieron
esta canción sobre lesbianas muy guarronas cantada por Ana Torroja. Luego se
preguntará de donde viene el rumor de que era bollo.
La historia empieza diciéndonos de todo y de nada. Ni nos
sitúa, ni sabemos quienes son los personajes. Ustedes dirán, bueno Hernández,
no es una película, ni una novela, es solo una canción ¿Qué más da quienes son
los personajes? Tienen razón, tampoco sabemos quien es la
“SexySeñoritaWaticontea” de Abraham Mateo. Pero en esta canción nos meten después
un tercer personaje que nos deja descolocados. Bien podían haberse explicado al
principio.
Total, que un narrador todopoderoso con la voz de la Torroja
nos dice que no tiene nada de especial dos mujeres que se dan la mano. Por
supuesto que no, lo hacen a diario en cualquier instituto marginal. Las niñas
van de la mano al baño, van de la mano al patio, se dan la mano al cruzar la
calle. Nada especial. Tiene razón Anita.
El matiz como dice el narrador, viene después y es que ¡Se
la dan bajo el mantel! Que locas estas muchachas. Pero el narrador se pone
explicito ya que se ve que las espiaba desde detrás de la cortina. Según el
cuando están solas tras las manos va el resto de la piel y el potorro. Esto
último lo omitió el Otro de Mecano porque los demás le dijeron que quedaba un
poco grosero. En su lugar, nos dice que esconden un amor y que aunque están en
cueros, en paños menores, con todo al aire, no tienen donde esconderlo. A mi se
me ocurren un par de sitios, llámenme señor mal pensado. Así que las muchachas
lo disfrazan de amistad cuando pasean por la city.
Llega el estribillo y una de ellas, que va los domingos a
tocar la guitarra a la iglesia y estuvo en las Jornadas Mundiales de la
Juventud, opina que eso que hacen no está bien. Que es pecado y que Diosito lo
ve regular tirando a mal. El diablo está en su cuerpo según ella y las ha
poseído Belcebú Rodrigues. La otra opina que qué se le va a hacer. Y ya. La
segunda es más resignada, más estilo “Me gustan las almejas, pues eh, si, vale,
oc”. Y lo que piensen los demás está de más. En un alarde de personalidad, sin
embargo, luego se esconden. No entiendo.
“Quien detiene palomas al vuelo, volando a ras de suelo”.
Bueno, bueno. El símil de las palomas y las lesbianas, regulín. El Otro de
Mecano quería hacer el símil con tortillas de patatas que vuelan a ras de
suelo, pero no encajaba mucho. Más allá de la calidad poética de Mecano, hay
algo que no entiendo. ¿En que quedamos? Son palomas al vuelo o están a ras de
suelo. Porque lo segundo se llama despegar. Y es que en los ochenta se llevaban
mucho las escopetas de perdigones e igual por eso estaban las palomas
lesionadas y no levantaban el vuelo. Aunque la pregunta “¿Quién las detiene?”Se
resuelve llamando a el que mató a la madre de Bambi. A ese tío no se le resiste
ningún ser vivo.
Total, la historia sigue y aquí aparece el tercer implicado,
que resulta ser de repente el narrador, osea, Anita haciendo de marido. Dice
que él no está por la labor de tirarles la primera piedra porque no puede con
ella. Se apuntó al gimnasio el 1 de Enero. A los 6 meses le cumplió la
permanencia y por allí ni apareció. Y ustedes dirán ¿Cómo sabe lo que se traen
entre manos estas dos si lo disfrazan de amistad cuando van por la metrópoli?
Bien, pues Ana te lo explica. El marido/Narrador/Torroja las encuentra labio a
labio en el salón. Quiero suponer que se refería con esa expresión a un beso,
porque si no, no me quiero imaginar la falta de pudor de estas dos.
El marido/narrador/Torroja dice que no se atrevería ni a toser.
Yo interpreto que era para que no notasen su presencia porque le estaba molando
el espectáculo. Remata la frase de hombre perdedor (Tanto como el protagonista
de “Cruz de navajas”, Mario Postigo) con un “Si no gusto ya sé lo que hay que
hacer, que con mis piedras hacen ellas su pared”. Encima de cornudo, de pillar
a su mujer en plena tijera con su “amiga”, encima, se pone poético. Un poeta es
poeta todos los días del año.
Y de nuevo nos repiten el estribillo y acaba la canción.
Ellas se casaron, adoptaron y se quedaron con la casa del marido voyeur. El
marido voyeur, que era tornero fresador, ahora se dedica a hacer performances
in Plaza Mayor sobre el dolor que causa el capitalismo de día y de noche baila
bajo el nombre de Cassandra en un club nocturno.
Feliz final para todos.
Y esto ha sido todo por hoy. Acabó el especial de análisis
de Mecano. Espero que les haya gustado. Ya regresamos a la rutina de un
artículo a la semana. Así que nos vemos el próximo lunes. Un saludo. Sean
felices, como yo.
Aarón Hernández.
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