jueves, 25 de octubre de 2012

Personas.


*Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Hoy traigo una enfurecida definición de ciertos tipos de personas. No llega ni a definición porque más bien será una retaila de desahogo contra unos cuantos trozos de cartón que acaban siendo personas, por el mero hecho de pisar el planeta tierra.

De todo tiene que haber en la viña del señor, dice la gente. En ocasiones parece que al "señor" se le ha olvidado que nos creo con cerebro y que nos dio la posibilidad de pensar e intentar ser inteligentes.

Muchas veces he hablado de la gente que se lamenta por cosas que apenas tienen importancia. No quiero ser repetitivo, pero es que abundan estos tipos. Personas que arrastran el pellejo por la calle, los bares, las redes sociales, lamentando su desdicha.

Tienen 18 años y piensan que ya nunca encontrarán a la mujer de su vida. Andan por ahí oliendo bragas, mojando la almohada con lágrimas de bebé autocompasivo. Buscan y buscan al amor de su vida, como si su vida dependiese de ese amor.

En la vida hay miles de cosas que hacen que merezca la pena vivir y estos imbéciles no le ven sentido porque alguna niña, que no mujer, no quiere prestarles atención. Y es trágico, y oscuro y es el momento de escuchar a Álex Ubago.

Pues bien, mientras tu llorabas en tu cuarto mientras ves fotos de la susodicha, Álex Ubago esta copulando con su mujer. Venga, ¿Ahora que?

La gente centra su vida en el amor, en perseguirlo con todas sus fuerzas y en no desistir. No desistir hasta convertirte en un huelebragas o huelecalzoncillos. Aquella mujer que persigue al hombre que la utiliza mientras grita "¡Estoy enamorada de ti!" y el entre tanto se ríe y se beneficia a todo lo que encuentra en su fantástico camino.

Y mientras pasa eso, los mejores años de nuestras vidas se van a la basura. Todo esto por intentar ser a los 19 lo que deberíamos ser a los 30. Me juego 100 euros que todas las relaciones que existen en este momento no llegarán más allá de 2 años. No hay amor infinito y eso, aunque os jorobe, es una verdad como la catedral de Milán.

A veces es mejor ser un barbudo despreocupado. Un tipo que no se obsesione. Hay que tener vistas de futuro pero no agarrarlo y traerlo al presente, cuando no procede. En muchas ocasiones es mejor hacerse el tonto.

En este caso no todo el mundo puede. El inteligente puede hacerse el tonto, al revés ya es imposible. Y en esta faceta no hay nada peor que un tonto con mala idea. Una persona hace las cosas mal y sabe que lo hace mal. Es consciente. Pero un tonto que hace algo mal, no sabe que lo hace mal y lo hace aún peor. Peligroso.

Toda la gente gracias a Dios evoluciona. Pero no cambia. Es muy difícil que la gente cambie. Y esto se produce por dos motivos. Quien intenta cambiarte no es de fiar, hay que ser auténtico. El segundo punto es el que cambia por alguien, tampoco es de fiar, es un vendido y muestra una personalidad tan débil como mi paciencia.

También opino que la restricción de edad en las redes sociales debía ser más estricta. Tanto para la gente de 14 años físicos, como mentales. Así nos libraríamos de soportar estados ridículos o TTs en los que figuren esos despojos humanitarios que dicen cantar, actuar o hacer radio. Hablando mal y claro, hay miles de personas en escuelas de cine, en audiovisuales y en conservatorios que defecan sobre las estrellas de Neox y de Disney. Una cara bonita es solo eso, una cara bonita no actúa, ni canta, ni piensa. Recuérdenlo.

Antes de ayer mismo, entre los TTs estaba una muestra de apoyo a una conocida descerebrada televisiva, Tamara Gorro. Su perro se había muerto y las muestras de apoyo se sucedían. No me molesta el hecho de que sea un perro, ya que soy amante de los animales. Me molesta el hecho de que se haga TT a el perro de una famosilla, que lo es por aparecer en uno de los programas televisivos más guionizados y por estar casada con un defensa mediocre y rey de las lesiones, que no se ni como llegó a jugar en el Real Madrid.

Todos los días miles de perros mueren en las calles, en las perreras. Son maltratados y abandonados y no por ello son TT.

Yo no soy perfecto ni mucho menos. No soy mejor que nadie, pero día tras día demuestro que no soy uno más. Me quejo con fundamento, todos pecamos de esto a veces. Yo soy un arma letal verbal. No tengo miedo a que me partan la cara o me maten. Y es por ello por lo que tengo la libertad para hablar de lo que quiera y quejarme de lo que me moleste. Decir lo que nadie dice. Yo mato con la palabra. Expreso opiniones objetivas dirigidas como una patada a la cara de un imbécil con pocos reflejos mentales. No soy un quejica, ni un débil. Soy un crítico de la sociedad. Miro con vista alzada desde la colina que me proporciona cierta inteligencia y una asombrosa elocuencia.

Vivan la vida. Quieranme.

Aarón Hernández.

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