miércoles, 17 de abril de 2013

Calidad Humana.



Buenos días. Los sucesos de la Maratón de Boston han conmocionado al mundo entero y nos han hecho reflexionar sobre la calidad humana de gente capaz de poner bombas donde saben que van a haber niños y personas inocentes. Sin un motivo claro aún. Comenzamos.

He querido aparcar el miércoles de cine para hablar de este tema y también reflexionar sobre la calidad del ser humano moderno. Todos estamos hoy con Boston y también con Siria, Egipto, Irak. Es curioso como la gente usa una tragedia para hacer política. Es curioso que hablen de “muertos americanos” y “muertos ignorados”. Recordemos que las muertes en Siria, etc., han salido a la luz más bien por estar en boca de la gente en comparación con Boston.

Frases como “Mucho hablar de Boston y de Siria nada” y algunas parecidas, nos demuestran la poca moralidad y la hipocresía que azota nuestro tiempo. Esta gente habla de Siria para criticar la atención que se ha dado a Boston, pero me juego el cuello a que si no hubiese pasado lo de Boston, nadie hablaría de Siria. Solo han hablado para comparar. Al fin y al cabo, las vidas valen lo mismo y claro que se debería hablar de lo que pasa en Siria, pero no como comparación. No es justo para las victimas de Boston y mucho menos para las de Siria.

Y en todos lados pasan a diario tragedias y deberíamos prestarles atención, eso está más que claro. Por ello quiero dar voz a todos y rezamos por todos los lugares en los que pasan cosas como estas.

Que se siga utilizando el deporte como arma terrorista es deleznable. Recordamos lo que pasó en los Juegos Olímpicos de Munich con terror y el lunes volvimos a vivir una escena de terror a través de un acto deportivo tan importante como siempre ha sido la maratón de Boston. Los amantes del deporte no podemos consentir que se siga usando como arma. No podemos vivir con el miedo de entrar a estadios o participar en eventos deportivos a gran escala.

La política se lucra de las muertes. Por supuesto. Ponen su moralidad al servicio de las víctimas, que buenos son. La realidad pura y dura es otra. Los políticos van a por lo que van, a demostrar que tienen la razón, a ganar el voto y a criticar al partido que manda usando a las victimas como arma arrojadiza. Eso también es vil, eso también habla de calidad humana. Hablarán de mala seguridad los Republicanos de EEUU, igual que aquí, en Granada, Paco Cuenca criticó a Torres Hurtado cuando desahuciaron y “asesinaron” a Domingo. ¿Tenía la culpa el gobierno del PP? Si. ¿Es ético usar una muerte como instrumento político? No.

Las familias de las victimas no quieren saber quien lleva la razón, no quieren votar, solo quieren a su ser querido que ya no está, que ha muerto. Quieren justicia. Cuando sucede algo como esto, lo más importante no son los partidos políticos, no son nuestras opiniones personales. Lo importante de verdad son aquellos que salieron a correr una maratón y no volvieron o volvieron sin piernas. Los importantes son los que se han apagado de forma injusta y siendo inocentes.

Aún no sabemos que pretendían los terroristas, pero aún así, si sabemos la calidad humana que gastan. Pero ¿A caso no nos encontramos esto todos los días? Terroristas, hipócritas, justicieros de causas perdidas, falsos, gente que solo aparenta, luchadores que no aguantan ni un soplo, políticos corruptos, maltratadotes, asesinos, ladrones de lujo, parricidas, pederastas y un largo y lamentable etcétera.

El ser “humano” dicen. El único animal que habla. El único animal que concibe la maldad. Que tiene el poder de matar por matar. No por instinto, ni para comer, como los animales. Mata porque es un asesino. “Humano” y sin humanidad. Y así, mientras el mundo siga de esta forma, mientras nos importe más el que dirán y el que tener, esto no va a ningún sitio. 

Esto ha sido todo por hoy. Y antes de irme diré algo, quien busque respuestas que se compre un libro, quien se crea la respuesta que encuentre su pregunta. Yo vago solo, soy quien soy, soy la pregunta retórica, aquella que no necesita respuesta. Un saludo.

Aarón Hernández. 

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