lunes, 27 de mayo de 2013

La Inspiración.


Todo escritor necesita su inspiración. ¿De donde la saco yo? Pues eso he venido a contaros hoy. Empezamos la semana.

La eterna cuestión. ¿Por quien iba eso? ¿Por qué hablas de mi? No, perdona. Cuando yo escribo saco la inspiración de lo que me rodea y siempre trato en este blog de hablar de la gente como colectivo, cosa muy distinta es que todo el mundo, como colectivo, haga cosas como las que se relataban en el artículo de la semana pasada, en El Postureo Más Patético.

Lo que contaba en esa entrada era algo que todos, como ya dije, hemos hecho en su momento. El gran colectivo de Twitter lo hace a menudo y es impensable y ridículo, pensar que me estoy refiriendo a una sola persona. En Twitter España hay 5 millones de usuarios. Pensemos bien cuan importantes somos.

Y es que yo no pienso en una persona a la hora de escribir. No creo un villano a la semejanza de nadie, ni el protagonista de mis obras soy yo. No soy ese tipo de escritor. Siempre intento apartar mi realidad de la ficción que escribo.

Aún así es inevitable que la vida real te inspire. De puertas para adentro no. En mi entorno, mi familia y yo mismo, no saco inspiración. Nunca tocaré lo más cercano a mi para convertirlo en ficción, no por nada, si no porque no es mi estilo. Aún así, si puedo encontrar inspiración en situaciones que han sucedido delante mía, personas que me han sorprendido y lugares que me parecieron mágicos.

Un ejemplo es el lugar en el que transcurre mi novela. Está claramente inspirado en La Calahorra, porque fue un sitio que me encantó y que merecía un hueco en la literatura. Ese es un claro ejemplo de cómo los lugares me pueden inspirar. De la misma forma que muchas calles y rincones de Granada me han inspirado.

Nunca he tenido musas. No me han hecho falta, más allá de Calíope, la musa de todos. No he inspirado mis personajes en gente de mi entorno, al menos no totalmente. Pueden tener rasgos de cada persona con la que me encontré, pero ninguno es un calco. Tampoco, como ya he dicho, el protagonista soy yo. Yo nunca aparezco. Soy solamente el narrador, el director que alguna vez hace un pequeñísimo cameo. Nunca un personaje importante, ni protagonista.

De esta forma, mis personajes son originales pero aderezados con lo mejor de cada persona que me encontré. La inspiración para las heroínas de mis relatos es cosa distinta. En este aspecto si he calcado algunas personalidades, pero luego les he dado la vida y el toque para encontrarles determinación. Mujeres si me han inspirado, pero ninguna ha sido mi musa, ni mucho menos. Yo trabajo solo.

La inspiración me llega a partir de haber leído, visto películas o series. No es plagio, ni muchísimo menos. Además, ya tendréis ocasión de leer algo mío y ver si plagio o no. Sin embargo, siempre puedes hallar inspiración en tus ídolos y luego plasmar ideas en un papel haciendo algo nuevo, fresco y fantástico.

Por eso me gusta mi trabajo. Por eso me encanta ganar dinero a costa de este talento y por eso, quizás, a veces soy odiado o envidiado, aunque nunca me ha gustado hablar de envidia, ya que cada uno tiene lo suyo y ahí fuera habrá alguien más afortunado que yo. Aún así, no me cambiaba por nadie.

Esto ha sido todo por hoy. Empiecen bien la semana y mañana nos vemos con un poco de música divertida. Un saludo.


Aarón Hernández. 

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