lunes, 9 de septiembre de 2013

(Ridículas) Redes Sociales.


Bienvenidos una semana más a 7Artes. Aún bajo la amenaza de morir acribillado a malos comentarios, hoy me dispongo a hablar de más hábitos en Twitter y otras redes sociales. 

Vosotros sois personas y yo también, así que realmente no hay una diferencia considerable que me haga superior o que me de un punto de vista diferente como para poder hablar de los demás sin salpicarme. Sin embargo, por algún motivo que desconozco, puedo veros desde arriba y ver ciertos comportamientos que me hacen generar ciertas teorías.

Sin más dilación, comienzo la exposición. Pasamos primero por Tuenti. La red social que sodomizaba a las otras y que desde hace 2 años está cayendo en picado. Su deterioro se debe a sus cambios de diseño, pero también a las gentes que lo habitan. Hablamos de canis y chonis, pero se nos olvida darnos cuenta de que nosotros también estamos ahí y que, muy de vez en cuando, cuando entramos, nos ofendemos los ojos y el intelecto con frases como “veranito perfesto// sus kiero mazo oc si bale”.  Miedo me da la sobreexplotación de la letra ‘K’ y de la doble barra (//) para separar asuntos y estados. Que lástima que aún nadie haya inventado el punto y seguido.

Además, Tuenti, es una fuente inagotable de vergüenza propia y ajena. Pues, al tener tantos años en nuestro poder esta red social, nuestras fotos más antiguas, más desfavorecidas y nuestras estupideces más infantiles, están reflejadas en las últimas páginas del álbum que Tuenti nos ofrece. Si nuestros padres hubiesen tenido Tuenti, en sus últimas páginas del álbum veríamos turbo-bañadores, pantalones de campana y peinados estilo Fellaini.

Pero no todo es malo. Tuenti alberga cosas buenas. Un chat muy sencillo y que a penas se atasca o da problemas de conexión. Multitud de amigos con los que llevas años sin hablar pero que están ahí, siempre dispuestos a hablar contigo y a que tu hables con ellos. Fotos de una calidad artística fuera de lo común. Y sobre todo, la máxima social, si no tienes fotos en Tuenti, no tienes vida social. Porque claro, sería absurdo que teniendo vida social, no aprovechases tus ratos ociosos en estar subiendo fotos con títulos como “Si me muero mañana que me dirías hoy”, “Yop, etiquetarse” (0 Etiquetas), y un largo y deprimente etcétera. Por no hablar de los eventos. ¿Alguien ha asistido a alguno de esos eventos? ¿Todavía se crean eventos? ¿Quién se preocupa de crear eventos hoy en día y cuan triste es su vida?

Luego está Facebook. Bien, el creador de FB, que nada en billetes de 500 y se limpia el culo con los de 200 (Por eso se ven tan pocos), lleva muchos años haciéndose rico. Sin embargo, en España, FB ha sido siempre una red social más madura. Más de amas de casa insatisfechas, hombres divorciados que se dejan la salud y el tiempo en mandar invitaciones de amistad a su ex y de cuarentones que aún conservan (En su imaginación) su lado joven y sexy.

Ahora la tendencia ha cambiado. La muerte de Tuenti está catapultando a la gente a FB. De hecho, esa gente ya tenía FB, el problema era que no estaba de moda y que en Tuenti, salvo catástrofe, estabas más a salvo de la mirada de tu madre y podías subir tus mejores fotos esnifando perico en la espalda de un hipopótamo. Pero ahora la gente recurre a FB y engrandece aún más a Zuckerberg. Aún así esa peña huidiza del Tuenti, aún no sabe como funcionan algunas cosas y la lía un poco.

Facebook también tiene cosas buenas. Un chat super útil que podría competir con Whatsapp y Line perfectamente. Una gran cantidad de páginas y grupos muy originales regentados por gente con mucha vida social y mucho éxito en la vida. Páginas tales como “Yo también quiero que vuelvan Ana y los 7”, “Hagamos que esta pagina tenga más fans que Justin Bieber” o “A mi también me da el apretón de las 15:30”. A su vez, cuenta con un diseño de calidad. Aunque, sin lugar a dudas, lo que destaca en esta red social es, como he dicho antes, sus habitantes. Esas señoras de 50, esos padres, esas madres, esas divorciadas calentorras, esos divorciados patéticos. Un sinfín de posibilidades en Facebook.

Y las relaciones en FB. Bendita opción la de Facebook de poder pregonar con quien tienes una relación y de que tipo es. Así, podemos ver a tipos que tienen una relación pero no especifican con quien, hombres y mujeres que dicen tener una “relación complicada”, en este asunto hay dos vertientes, o bien que se tiran a todo lo que se mueve y de ahí la complicación. La otra vertiente es aquella en la que se dice “relación complicada” y se especifica con quien. En ese caso, ese quien probablemente sea sufridor de múltiples infidelidades por parte de su pareja. Un/a cornudo/a, vamos.

Y no hablo de las invitaciones a juegos porque no tengo ganas de reventar las teclas del ordenador, ni de escribir un artículo excesivamente largo. Otro día abordaré ese tema.

Si hay algo encantador en las redes sociales y en los chats de móvil, son las cadenas. Benditas cadenas. Maravillosas cadenas. “Pega esto en tu muro si…”, “Deja este comentario si…”, “Pasa este mensaje si…”. Las cadenas hacen que ame mucho más al ser humano (Nótese el fino sarcasmo que desprendo). Pero si hay algo mejor que las cadenas que se dedican a mostrar afecto, son las cadenas que alarman, informan falsamente y amenazan. Esas cadenas de “Cuidado, violador suelto en tu cara” y cosas así. O el clásico “Pasa esto a 400 contactos o Cristóbal Montoso vendrá y matará a tu madre”. Y por último y no por ello menos importante, “Pasa esto a 300 contactos o tu Tuenti/Facebook/Twitter/Whatsapp/Winifresh/TuMadre será de pago”.

La chispa de la vida, sin duda. Yo personalmente me quedo con Twitter y Whatsapp. Para gustos, colores. Aunque ninguna red social podrá darnos la oportunidad de hablar mirándonos a los ojos, de tocarnos y de sentirnos. No por ahora. Así que a fin de cuentas lo que importa es que detrás de cada cuenta o perfil hay una persona. Detrás de estas letras hay un ser normal como ustedes, o quizás no tanto.

Y esto ha sido todo por hoy. Espero que lo paséis bien, porque esto está hecho con todo el humor y el buen rollo del mundo. Nos vemos la semana que viene. Sean felices, como yo.


Aarón Hernández. 

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