lunes, 3 de febrero de 2014

Reinvención y Renacimiento.


Bienvenidos un lunes más a 7Artes. Hoy vamos a hablar de no conformarse, de lanzarnos a por nuestros sueños o a por una mejor calidad de vida. Hablaremos del conformismo, de la reinvención y del renacimiento personal.

El conformismo es una de las mayores lacras del siglo XXI. Nos conformamos con lo que alcanzamos, sin pararnos a pensar que otra persona en otro lugar del mundo se está esforzando más. No importa cuan bueno seas en algo, siempre habrá alguien mejor. Por ello, es fundamental no acomodarse. Mientras nosotros descansamos, alguien trabaja duro. También encontramos el problema de nuestro entorno. Nos niegan el avance. Se centran en decirte que puedes perder y no te dejan arriesgarte. Y una de las frases más típicas es también una de las más reales: “Quien no arriesga no gana”.

El miedo al fallo evita que vayamos a por las cosas. En cualquier ámbito. Cuantas parejas nunca han existido porque ninguno de los dos se atrevió a dar el paso por miedo al fracaso. Relaciones, negocios, amistades y mejores vidas se pierden en el limbo por el miedo a perderlo todo. Y seguimos frustrados, encerrados quizás en una vida que no nos gusta. Doloridos por la rutina y la falta de motivación. Trabajos que no nos gustan nos esclavizan día a día por una suma de dinero ridícula. Y el dinero no lo es todo, pero ayuda.

Tenemos que reinventarnos y renacer de nuestras cenizas de la rutina. Hay que tener claro que perder no es necesariamente malo, si no que repercute en una grandísima sabiduría. Si bien es cierto que se disfruta ganando, tenemos que valorar el acto de perder. Solo equivocándonos 500 veces llegaremos a la sabiduría que evitará que lo hagamos 501. Es bueno perder, pero no hay que convertirlo en un hábito. Y ese es el primer punto, perder el miedo al fracaso. Solo así seremos más capaces a la hora de tomar las decisiones que manejen nuestro futuro.

Reinventarse. Imaginar un futuro mejor y pelear por el. Es vital. La lucha a través de la reinvención. Ninguna persona debe cambiar excesivamente si le gusta su forma de ser. No hay que traicionar los principios básicos con los que has vivido. Sin embargo, si no te gusta tu situación es necesario que reinventes ciertas cosas para salir de ella. Volvemos al conformismo. Hay que tener claro que las cosas cambian. No podemos mirar a nuestro alrededor y pensar que porque nacimos en cierta situación, es la que nos ha tocado y, por tanto, debemos vivir así. Ese es otro error.

Debemos luchar por cambiar todo aquello que no nos gusta. La vida es demasiado corta como para malgastarla en un trabajo que no nos gusta y haciendo cosas que no nos gustan. Decía Toni Servillo en su fantástica interpretación de Jep Gambardella en La Grande Bellezza: “Lo que he comprendido después de 65 años es que no puedo perder el tiempo haciendo cosas que no me apetece hacer”. Que grandísima verdad. Si a Jep Gambardella le costó 65 años entenderlo, ¿Por qué nosotros no podemos quedarnos con eso ya? ¿Por qué no podemos empezar a hacer cosas que de verdad queremos hacer?

Si estamos depresivos, hundidos, decepcionados o sin un rumbo fijo en la vida, es tiempo de pararnos a pensar. Lavarnos la cara y espabilarnos y preguntarnos que queremos cambiar y como debemos hacerlo. Renacer del fracaso para volver a fracasar, pero tener las suficientes agallas de volver a renacer y así hasta que hayamos luchado con fiereza por alcanzar el estatus que consideramos bueno para nosotros. Nunca aceptes un no y lucha siempre. Cambia, valora la vida, ya que es lo único que realmente tenemos y cuando dejamos de tenerla, es el fin. Pelea y no te conformes.

Un saludo. Sean felices, como yo.

Aarón Hernández. 

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