martes, 27 de marzo de 2018
POSTPOSTUREO.
Buenas tardes a todos, compañeros. Aquí vuelvo en este desenfrenado intento por demostrar que Blogger no es una plataforma muerta que se ha quedado para vestir santos o para albergar capturas y vídeos de famosas, o sea, el vestir santos de internet.
Corren tiempos difíciles en el mundo de las redes sociales. Con Twitter lleno de gente indignándose y de gente indignándose porque otros se indignan. Facebook poblado por grupos de cuñados, gente anticatalana y el maldito tren de los amigos de Granada. Cuidadito con el tren.
Y como cúspide del tema que vamos a tratar hoy, tenemos a Instagram. El lugar en el que el postureo se vuelve grande y gordo como los materiales con los que trabajan los mamporreros. Y no he venido a criticar el postureo. Eso ya lo hice hace al menos 5 años.
Instagram es una red social a la que me he resistido como un gato panza arriba. Sin embargo, algo está sucediendo. Algunos (Una de las tres personas que me leen, al menos) se habrá percatado del nacimiento de una cuenta totalmente aberrante. Una cuenta que va en contra te todos los cánones estéticos impuestos por las gentes de Instagram.
Esa cuenta es tan decadente y denigrante que solo podría estar dirigida por un genio o un deficiente. Y está dirigida por lo segundo. El deficiente soy yo. Y es que una feliz mañana de esas en las que estoy productivo y no dedicándome a jugar en el emulador de la Game Boy a Pokémon, decidí sucumbir ante Instagram. Sin embargo, no iba a ser como se podría imaginar en un principio.
Decidí que dedicaría mi Instagram a hacer fotos, directos y stories enfocando al suelo, a litros, tercios o latas de cerveza y a paquetes de tabaco. Obviando lo evidente, que es que le ahorro al mundo verme el careto, lo demás no deja de ser un despropósito alimentado por el alcoholismo y el tabaquismo.
Pero a mi me hace gracia, porque soy imbécil. Me hace gracia ver esto como un duelo entre lo más cutre y lo cool de los Influencers, que no dejan de ser lo que toda la vida ha sido un tonto con un móvil. Sin criticar las fotos o vídeos que cada uno sube, me voy a dedicar a poner una horrible mancha de decadencia en Instagram. Vuestro postureo, totalmente lícito, contra mi Postpostureo. Uno para uno sin camiseta, jugando con la ventaja de que los pezones masculinos no son censurados por los señores del Servicio Secreto de caza y destrucción de fotos de pezones femeninos. También conocidos como el "Aquí, de puta como siempre" Squad.
Y aquí todos tan amigos. A mi no me molesta el postureo y espero que no os moleste mi postpostureo. Porque yo he llegado a Instagram para reírme un poco y ya está. Y no pasa nada. Coño, ya. Me cago en mis muertos.
No, ya en serio. Si queréis ver fotos de litros, suelos y demás mierda, pues podéis pasaros a mirar un rato. Pero no me sigáis, que vais a acabar hasta los genitales de mi.
Aquí os dejo este desagradable proyecto. Soy @suelosylitros. El título promete lo que da.
Un saludito para la plebada.
Aarón Hernández.
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