Bienvenidos un lunes más a 7Artes. Hoy vamos a hablar de no
conformarse, de lanzarnos a por nuestros sueños o a por una mejor calidad de
vida. Hablaremos del conformismo, de la reinvención y del renacimiento
personal.
El conformismo es una de las mayores lacras del siglo XXI.
Nos conformamos con lo que alcanzamos, sin pararnos a pensar que otra persona
en otro lugar del mundo se está esforzando más. No importa cuan bueno seas en
algo, siempre habrá alguien mejor. Por ello, es fundamental no acomodarse.
Mientras nosotros descansamos, alguien trabaja duro. También encontramos el
problema de nuestro entorno. Nos niegan el avance. Se centran en decirte que
puedes perder y no te dejan arriesgarte. Y una de las frases más típicas es
también una de las más reales: “Quien no arriesga no gana”.
El miedo al fallo evita que vayamos a por las cosas. En
cualquier ámbito. Cuantas parejas nunca han existido porque ninguno de los dos
se atrevió a dar el paso por miedo al fracaso. Relaciones, negocios, amistades
y mejores vidas se pierden en el limbo por el miedo a perderlo todo. Y seguimos
frustrados, encerrados quizás en una vida que no nos gusta. Doloridos por la
rutina y la falta de motivación. Trabajos que no nos gustan nos esclavizan día
a día por una suma de dinero ridícula. Y el dinero no lo es todo, pero ayuda.
Tenemos que reinventarnos y renacer de nuestras cenizas de
la rutina. Hay que tener claro que perder no es necesariamente malo, si no que
repercute en una grandísima sabiduría. Si bien es cierto que se disfruta
ganando, tenemos que valorar el acto de perder. Solo equivocándonos 500 veces
llegaremos a la sabiduría que evitará que lo hagamos 501. Es bueno perder, pero
no hay que convertirlo en un hábito. Y ese es el primer punto, perder el miedo
al fracaso. Solo así seremos más capaces a la hora de tomar las decisiones que
manejen nuestro futuro.
Reinventarse. Imaginar un futuro mejor y pelear por el. Es
vital. La lucha a través de la reinvención. Ninguna persona debe cambiar
excesivamente si le gusta su forma de ser. No hay que traicionar los principios
básicos con los que has vivido. Sin embargo, si no te gusta tu situación es
necesario que reinventes ciertas cosas para salir de ella. Volvemos al
conformismo. Hay que tener claro que las cosas cambian. No podemos mirar a
nuestro alrededor y pensar que porque nacimos en cierta situación, es la que
nos ha tocado y, por tanto, debemos vivir así. Ese es otro error.
Debemos luchar por cambiar todo aquello que no nos gusta. La
vida es demasiado corta como para malgastarla en un trabajo que no nos gusta y
haciendo cosas que no nos gustan. Decía Toni Servillo en su fantástica
interpretación de Jep Gambardella en La
Grande Bellezza: “Lo que he comprendido después de 65 años es que no puedo
perder el tiempo haciendo cosas que no me apetece hacer”. Que grandísima
verdad. Si a Jep Gambardella le costó 65 años entenderlo, ¿Por qué nosotros no
podemos quedarnos con eso ya? ¿Por qué no podemos empezar a hacer cosas que de
verdad queremos hacer?
Si estamos depresivos, hundidos, decepcionados o sin un
rumbo fijo en la vida, es tiempo de pararnos a pensar. Lavarnos la cara y
espabilarnos y preguntarnos que queremos cambiar y como debemos hacerlo.
Renacer del fracaso para volver a fracasar, pero tener las suficientes agallas
de volver a renacer y así hasta que hayamos luchado con fiereza por alcanzar el
estatus que consideramos bueno para nosotros. Nunca aceptes un no y lucha
siempre. Cambia, valora la vida, ya que es lo único que realmente tenemos y
cuando dejamos de tenerla, es el fin. Pelea y no te conformes.
Un saludo. Sean felices, como yo.
Aarón Hernández.
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