miércoles, 26 de septiembre de 2012

Dramas e idiotas.


Hoy un Miércoles más traigo dos críticas cinematográficas. Dos películas que son como la noche y el día. Un drama y una comedia. Una muy elaborada y otra sencilla, pero muy buenas ambas.

De nuevo serán dos películas con unos añitos ya, pero que seguramente será útil darlas a conocer. Así que sin más dilación aquí vienen las críticas.

Match Point (2005)



Esta película escrita y dirigida por Woody Allen no deja indiferente a nadie. Allen vuelve a explorar el terreno del drama y lo hace con maestría. Esta película es considerada una perla entre la filmografía actual de Allen. Aquellos que se muestran críticos con las actuales películas de Woody, ven en Match Point una buena película en un mal páramo cinematográfico, quizás salvado por Midnight In Paris.

La película narra la historia de un joven ex - tenista profesional, Chris Wilton, que comienza a trabajar en un club de campo londinense dando clases de tenis. Allí entablará amistad con Tom Hewett, el hijo de un poderoso empresario y este lo invitará a una de las muchas fiestas que se organizan en la mansión de la rica familia Hewett.

Allí Chris conocerá a la hermana de Tom, Chloe y comenzaran una relación. Sin embargo la atractiva novia de Tom, Nola Rice, será una traba en el camino de Chris cuando quede perdidamente embriagado por ella.

Pese a todo Chris y Chloe se casarán y Chris recibirá un fantástico trabajo en la empresa cortesía de su suegro. Aún así la atracción entre Chris y Nola dará más que problemas.

Y como diría Mayra Gómez Kemp, hasta aquí puedo leer. Véanla.

Los protagonistas son Jonathan Rhys - Meyers y Scarlett Johansson. De nuevo la musa actual de Allen realiza una interpretación espectacular como atractiva femme fatale y Rhys - Meyers demuestra unas fantásticas dotes como actor y su interpretación y angustia contagian al espectador.

Los secundarios ejercen a la perfección su trabajo y entre ellos destaca la menos secundaria, Emily Mortimer, interpretando a Chloe Hewett y haciéndolo tan bien, que en muchas ocasiones a lo largo de la cinta, la odiamos por pesada con el tema bebé.

El guión es magnífico. Se trata de Woody Allen. Sin embargo lejos de las comedias románticas, Allen demuestra su capacidad camaleónica para cambiar de género y como atrapa al espectador con un ritmo trepidante.

Tanto el guión como la dirección saben transmitir el suspense y el agobio. Ahí, Allen, hace un poco de Bergman, cuando mantiene al espectador en vilo y le transmite un profundo nerviosismo.

El paisaje grisáceo y melancólico de Londres y la campiña inglesa aportan su granito de arena a la fantástica fotografía que ya tiene este film.

La banda sonora es propia de una película de suspense y además se adereza con fantásticas piezas de ópera. Llegando al clímax interpretativo con el aria Una furtiva lacrima de Gaetano Donizetti.

La película es bastante buena y sorprendente. Además de mostrar una nueva forma de expresión del maestro neoyorquino Allen. Mi puntuación es de 7.


La cena de los idiotas (1998)


 

Ya dije que de la noche al día. Pasamos de un drama a una comedia de lo absurdo. Digna de Molière.

La película de producción francesa esta basada en una obra de teatro escrita por el propio director de la película, Francis Veber. Criticada fantásticamente por todos los medios, gracias a que ya fue estrenada como obra de teatro antes.

La película narra la historia de Pierre Brochant un empresario que cada miércoles acude a una cena en la que los invitados llevan un acompañante extraño, extravagante y en resumen, idiota. Brochant no tiene aún un elegido, cuando un amigo suyo le recomienda a un hombre que conoció viajando en tren. Ese hombre es François Pignon, un trabajador de hacienda que hace reproducciones de grandes monumentos con cerillas.

Brochant lo invita antes a su casa para valorar si es tan idiota como parece. Antes de que llegue Pignon, Brochant sufre un problema de espalda y se queda con lumbago. La señora Brochant y él discuten acerca de la cena de los idiotas y ella acaba marchándose. Tras ello Pignon llega y Brochant descubrirá en sus carnes la idiotez y el gafe de su acompañante. Más aún cuando descubra que su mujer lo ha abandonado y necesitará la ayuda de Pignon.

A partir de ahí las cómicas situaciones se suceden y arrancan una sonrisa constante al espectador.

La película bebe mucho del teatro. La mayoría de la acción se desarrolla solo en una casa, la de Brochant. Y los diálogos y actuaciones son un claro homenaje al teatro, padre del cine.

Las interpretaciones son francamente buenas,
Thierry Lhermitte como Brochant y Jacques Villeret como Pignon, forman una dupla humorística muy buena. El clásico dúo de hombre serio y hombre cómico. La química entre ambos se nota muchisimo y Villeret crea un personaje torpe, pero tierno que acaba enamorando al espectador y creando ternura.

Los secundarios son pocos, pero variados y muy humorísticos. Francis Huster como Leblanc, el ex - marido de la mujer de Brochant, al que se la arrebató o el genial Daniel Prévost como el inspector de hacienda Cheval.

La película es buena y entretenida. Aunque es humor absurdo. Si buscan una comedia ácida, esta no es. Aún así me gustó y mi puntuación es de 6.

Y eso ha sido todo por hoy. Espero que vean estas películas y se interesen por el buen cine. Yo me despido dejando una reflexión de Match Point. La suerte es importante, a veces, en el tenis, la pelota toca la cinta y en milésimas de segundo, puede caer hacia tu campo, y pierdes o hacia el del rival, y ganas. Quieranme.

Aarón Hernández.

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