viernes, 5 de octubre de 2012

El hombre es corruptible.


Hoy vengo a despedir la semana con una nueva reflexión. Si nos paramos a pensar en porque tantas ideologías, religiones y sistemas fracasan, hay un punto en común entre ellas. La integridad del ser humano.

El hombre es desconfiado, avaricioso y traicionero por naturaleza. Es el gran defecto del ser humano, si, somos más inteligentes que los animales, y tenemos la capacidad de elección racional, pero más allá de eso, somos corruptibles.

Como seres corruptibles, nuestra capacidad para fastidiarlo todo es archi - conocida. Siempre hay algún visionario, algún iluminado que inventa algo, haciendo gala de la excelencia de su cerebro y luego llega la masa y lo arruina.

Karl Marx creó una ideología buena. En la teoría fantástica, con gran cantidad de posibilidades para los menos favorecidos, con derechos, libertades. Y luego llegaron Lenin y Stalin y lo fastidiaron.

El gobierno debe ser para el pueblo, pero al pueblo lo ha de representar una persona, siempre más lista y esa persona acaba aprovechándose. ¿Que pensaron los bolcheviques que lucharon en la revolución rusa al ver a Stalin creando una dictadura?

Curiosamente el comunismo nació como una ideología liberal y actualmente la gran mayoría de dictaduras que hay en el mundo son comunistas. Y ahora venís y me habláis de la república cubana. Allí el único que cree que es una república es Fidel Castro, mientras se enciende los puros con billetes y carga con la pobreza y muerte que hay en Cuba.

El Che Guevara se sintió traicionado cuando vio como asumió el papel de líder Fidel Castro. No es de recibo vanagloriar a Castro y también al Che. Guevara luchaba por sus ideales y Castro por lo que ahora tiene, dinero.

Y es que el dinero mueve el mundo. Es lo que abre las puertas. Es la llave. Y en un mundo de habitaciones cerradas, el que tiene la llave es el rey.

Hay pocas llaves y muy concentradas. Mientras el mundo pasa hambre y hay guerras y desastres naturales y humo y muerte. Si quieres leer una novela trágica, lee el periódico.

La clave es la disolución de los ideales, a costa de venderse. Según convenga al gran jefe, los ideales se llevarán a los extremos, se suavizarán o se suprimirán y se cambiaran por otros. Decía Groucho Marx "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".

Las religiones beben de lo mismo. Muy bonitas, muy de ayuda al prójimo. Pongamos el ejemplo de mi conocimiento. El cristianismo, unido a el, la Iglesia Católica, la maravillosa Iglesia.

Bien, es comprensible el tener fe. Creer y ser libre de tener esa religión, pero ¿Y la iglesia? Todo ese tinglado y parafernalia que se genera alrededor de la religión. Ese negocio, esas mafias, como son las cofradías de la Semana Santa, sintiéndolo mucho es mi respetable opinión y se que por hay sueltos hay muchos locos de la semana santa, que matarían porque no lloviese en esa semana. Párense a pensar que durante los días colindantes nunca llueve, y empieza la semana y viene la lluvia. Por algo será. Dice la biblia que no se adorarán imágenes. ¿Alguien leyó eso?

Pero sin meterme en camisa de once varas, los curas, monjas, cobran un sueldo más que interesante, que me digan a mi en que parte de la biblia dice que deben cobrar un dineral por repartir galletas.

Y el Papa es caso aparte, con sus habitaciones bañadas en oro y con la cantidad de crímenes atroces consentidos por el "gran padre". Después de Hitler, Stalin, Mussolini y otros tantos psicópatas asesinos, la Iglesia Católica es la institución con más genocidios a la espalda. Véase Inquisición.

Matizo una vez más que no estoy en contra de la religión, ni mucho menos. Estoy en contra de la falta de integridad, mafia y parafernalia innecesaria generada por la Iglesia por y para el dinero. Y menos mal que parte, parte, del dinero es para obras benéficas. Y vuelvo a repetir, parte.

Todo esta corrupto. Todo es corruptible. Es una visión pesimista del ser humano, pero siempre vamos a mirar por nosotros mismos y por nuestros intereses, sin importarnos mucho los demás. Y me incluyo.

Y esta a sido la reflexión y la despedida hasta el Lunes. Podrán estar de acuerdo o en desacuerdo. Si quieren maldecirme háganlo. Si quieren llamarme malo maloso, háganlo. Si no, solo les queda una opción. Quieranme.

Aarón Hernández.


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