jueves, 13 de diciembre de 2012

Pensamiento Crítico.


Hoy de nuevo vamos a reflexionar. Siempre os hablo del pensamiento crítico, de la importancia de éste y de como influye en todos los ámbitos. Está claro que para poder salir adelante en la vida de una forma independiente es necesario tener la capacidad de decidir por ti mismo. Para decidir también necesitamos el pensamiento crítico. Su sublime importancia que traspasa los límites de cualquier aprovechado manipulador.

Para no acabar manipulado en ésta vida es muy importante el pensamiento crítico. ¿Que es el pensamiento Crítico? Es la capacidad de una persona de informarse, ilustrarse, mirar todos los puntos de vista y luego generarse una opinión propia, sin necesidad de estar influenciado por nadie.

El pensamiento crítico abarca muchos ámbitos, como antes he dicho. Un ejemplo sería el del cine. Yo me considero con capacidad para hablar de cine, si no no lo haría. Es importantísimo hablar de lo que se sabe. Hubo una época en la que había que saber de que se hablaba y ser coherente para tocar un tema. Ahora eso no se lleva. Se lleva el hablar de todo sin saber, el creer llevar la razón sin ningún tipo de capacidad para justificarla.

Si yo crítico negativamente una película, lo hago desde el pensamiento crítico, por ejemplo, critiqué la saga Crepúsculo pero acepto dos cosas. Es una buena película para las fans pero no es una buena película.

Para hablar y generar una opinión válida hay que tener la capacidad de no dejarse influir. Por ello, en muchas ocasiones las tribus sociales absorben a la gente. Gente sin personalidad, que busca sentirse querido y acaba obsesionándose de forma enfermiza. Una forma de integrarse. Algo así podemos verlo en la película La Ola.

El pensamiento crítico nos cuida de un animal muy peligroso, el periodista. El periodismo es una profesión muy respetable, ha habido periodistas legendarios y veraces. Sin embargo en los últimos años la profesión de informar se ha vuelto deshonesta en dos carriles principales. Los periodistas y pseudoperiodistas que desgranan la vida de los famosos en programas infumables. Por otra parte están los periodistas, dueños de periódicos, cadenas de televisión partidistas.

Éstos últimos son un grave peligro para la mente del ciudadano de a pie. Escudados en sus creencias políticas o en el maletín que ofrecen los partidos políticos por buena publicidad, se creen con el derecho de saber que le interesa a la gente. Confían tanto en sus posibilidades como grandes periodistas que su ego no les permite ver que quienes pagamos su sueldo somos nosotros, leyendo y viendo sus informativos, pagando con nuestros impuestos en el caso de RTVE.

Éstos periodistas se creen modeladores de mentes y lamentablemente en ocasiones lo consiguen. Hay que cuidarse de ellos. No centrarse en una televisión o un periódico que te dice lo que quieres oír. Hay que explorar, leer más, oír más opiniones y buscar la historia que más se acerca a la realidad y no aquella deformada por el sensacionalismo.

En casa pasa lo mismo. Crecer con una opinión preconcebida no es bueno. Un niño debe aprender de sus padres, por supuesto. Pero una cosa es enseñar y otra lavar el cerebro. En el caso de padres divorciados. Esa madre que le dice que su padre es malo o ese padre que le compra cosas al niño y le pregunta si mamá tiene amiguitos.

Un niño debe ser instruido y deben darle la posibilidad de que genere sus opiniones. Por eso en los colegios deberían enseñarte a pensar, no a obedecer. Lamentablemente el cuerpo docente actual está azotado por el hastío y la desidia. Solo desean que los niños se guarden silencio, que sean un número más.

Si tuviesemos un buen sistema docente, el pensamiento crítico existiría en más personas. Pero la desidia provoca ésto. Cuando quieres dedicarte a algo debes hacerlo de verdad, debe gustarte. Como el hombre que recoge la uva y que dota de magnífica poesía el vino que de ahí saca. Cuando te dediques a algo tienes que ponerle devoción.

La vida es así y siempre habrá alguien que venga a implantarte una opinión. Pide motivos, pide respuestas lógicas. Pregunta y contrasta. Una opinión que te den debe estar bien argumentada. Es como cuando criticas algo que tiene fans locos y te increpan. Si les pides que expliquen en que te equivocas o que tiene de bueno en cuanto a calidad lo que defienden, normalmente se produce un silencio o, como es recurso de tontos, gritos.

Las opiniones que valen son las que están argumentadas de forma coherente y lógica. Todo lo demás es: o ruido o silencio. Hay que formarse una opinión y ser auténtico, diferente, aunque te llamen raro. Se tu mismo, eso nadie te lo puede quitar.

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo. Friedrich Nietzsche.

Un saludo. Quieranme.

Aarón Hernández.

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