Vino y Cine.

Hoy traigo vino y cine. Que dos grandes artes unidas en muchas ocasiones por el cine. En el día de hoy traigo dos películas que nos hablan de vino pero de una forma muy distinta. Una en mi opinión subjetiva no es una maravilla, otra es una obra maestra. Cabe destacar que la crítica generalizada dice que es al revés. Pero a veces es bonito ir contra el mundo y más cuando crees en lo que escribes.

Sin más dilación abordemos éstas dos películas vinícolas.

Entre Copas (2004)

Nos encontramos ante un film que te deja muy tibio. La película está muy alagada por la crítica e incluso ganó el Óscar a mejor guión adaptado.

La historia que se cuenta en ésta película es la de un divorciado depresivo llamado Miles (Paul Giamatti) que ama el vino tanto como amaba a su ex mujer, a la que llama siempre que está borracho. Sin embargo ahora debe estar centrado en la posible publicación de su novela y en la boda de su mejor amigo, Jack (Thomas Haden Church). La cuestión es que Miles ha preparado un viaje de una semana por los mejores viñedos de Santa Ynez, para así despedir la soltería de Jack.

La trama avanza con la insistencia de Jack a que Miles le tire los tejos a la camarera del restaurante más chic del condado vinícola, Maya (Virginia Madsen) siempre ha mostrado interes por Miles pero éste no se da cuenta o no se quiere dar. Entre tanto, Jack iniciará un romance con Stephanie (Sandra Oh), una amiga de Maya.

A partir de ahí la depresión de Miles continua y atacará a Jack reprochándole lo mal que está actuando. Una serie de líos de faldas de Jack y momentos de locura transitoria de Miles, como cuando sabe que no le publicarán la novela, se suceden en todo el film.

La dirección está a cargo de Alexander Pyne y da la impresión de que podía haberlo dirigido cualquiera. El director no le da su sello al film y no consigue transmitir los sentimientos que abundan en los personajes. No consigue traspasar la pantalla.

El guión es una adaptación de la novela de Rex Pickett. Suponemos que bien adaptado, ya que ganó el Oscar en esa categoría. La adaptación corre a cargo del guionista Jim Taylor, junto al propio Alexander Pyne. El guión está exento de momentos mágicos, de cargas emocionales y pretende ser una comedia dramática y no es ni una cosa, ni la otra. Los personajes parecen mucho más planos de lo que debieran ser. El final del film llega muy rápido y no está nada cuidado. Aunque hay una escena bastante buena y que si transmite. Lo bueno de la película es lo mucho que aprendes sobre las catas de vino.

En cuanto a los actores, solo destacan los 4 principales. Paul Giamatti interpreta al personaje depresivo y principal. Hace bien su papel de deprimido. Harden Church interpretando al actor de series ochenteras y anuncios se vuelve muy cargante y no parece complementar para nada a el personaje de Giamatti. Los papeles femeninos no son fuertes, Sandra Oh interpreta a un simple polvo de 4 días sin mucho trasfondo. Virginia Madsen tampoco tiene un papel espectacular, cumple bien su labor de mujer independiente y amante del vino, pero poco interés despierta.

La música es una BSO sin mucho que rascar y fácil de olvidar.

En resumen, es una película que te deja frío pero te enseña sobre el vino. Mi puntuación es de 6.

Un Buen Año (2006)

Totalmente diferente. La crítica no le da más de un 6. Y es mi película favorita. Y no es porque no sepa de cine. Creo que he demostrado saber de cine en todo lo que llevo realizando críticas en éste blog. Pero por algún motivo es mi película de cabecera. El pasado Domingo la emitieron en A3. Yo ya la había visto más de 100 veces. Por primera vez la vi en 2006 y desde entonces no he parado de verla.

Es un film muy importante para mí, las cosas que escribo muchas veces están inspiradas en el estilo de esa película. He tomado las frases de ésta obra como frases motivadoras. Para mí es muy importante y trata temas que me tocan de cerca.

La historia narra las peripecias de Max Skinner (Russell Crowe) un broker de bolsa que recientemente ha dado un golpe de genio y ha ganado mucho dinero. De repente recibe una carta de Francia en la que especifica que su tío Henry (Albert Finney) ha muerto y que debe hacerse cargo de la herencia, ya que al no haber testamento y ser el familiar más cercano, lo hereda todo.

Max comienza a plantearse la venta del chateau y los viñedos. Para ello cuenta con su mejor amigo, el agente inmobiliario Charlie Willis (Tom Hollander). Max debe volar a Francia para visitar la notaría. En su regreso a La Siroque se reencuentra con el viñador Duflot (Didier Bourdon) y con la mujer de éste Ludiville (Isabelle Candelier). Ambos están preocupados por que será de ellos cuando Max venda la propiedad. Mientras pasea por la casa Max va recordando los momentos consu tío Henry.

Los desbarajustes de horarios entre Francia e Inglaterra provocan que Max tenga que darse prisa para volver a Londres, ya que su jefe Sir Niguel (Kenneth Cranham) está esperándolo para hablar de la jugada que realizó en la bolsa y de los problemas que les puede ocasionar.

Pero como las prisas no son buenas, mientras toma fotos de la casa, el trampolín se rompe y cae a la piscina vacía y llena de estiércol. Es ahí donde tendrá su primer contacto con Fanny (Marion Cotillard) a la que previamente había atropellado en la carretera de La Siroque.

Al no llegar a su cita con Sir Niguel, éste lo suspende durante una semana. En esa semana Max reformará la casa y seguirá recordando momentos con su tío. Cuando las cosas parecen marchar, aparecerá Christie (Abbie Cornish) que dice ser hija ilegítima de tío Henry, complicando las cosas.

La película está dirigida con mano firme por Ridley Scott. Hace un trabajo excelente, transmitiendo los sentimientos de una forma fantástica. La fotografía es perfecta, enclavada en el marco de la Provenza. Scott sabe imprimir un ritmo fantástico al film y mantenernos interesados durante todo el metraje.

El guión está adaptado por Mark Klein. El film está basado en la novela de Peter Mayle, un fantástico autor afincado y enamorado de la Provenza. Ya hablé de él y de su libro Hotel Pastis y dentro de poco me embarcaré con Dispuesto A Todo.

El guión es una delicia. Con diálogos y frases mágicas. Personajes fuertes y bien creados. Situaciones que emocionan y un hilo argumental perfecto que une las piezas hasta el fantástico final. Hacia el final del film vivimos unas escenas sublimes y únicas. Cada escena de la película es una obra maestra y en ningún momento cae en la monotonía. Todo ello gracias al soberbio guión.

Los actores son de sobra reconocidos. Así Russell Crowe realiza una interpretación mítica y plasma perfectamente al personaje que interpreta y muestra el progreso interior del papel magistral. Marion Cotillard ya deslumbra con su belleza pero además interpreta un personaje fuerte, nada de doncella en apuros. Es una mujer independiente y dura de pelar. Abbie Cornish da el otro enfoque de belleza, grande su interpretación como buscadora de sus orígenes y experta en vino. Bourdon y Candelier interpretan a los entrañables personajes franceses que luchan por mantener sus viñas y acabar sus días en ellas. Tom Hollander es el amigo sensato, que piensa en dinero y que nos otorga momentos muy divertidos.

Entre todo se resalta a Albert Finney. Con el paso de los años se encumbra como intérprete. Su papel como el tío Henry es maravilloso y dota de sabiduría todo el film. Freddie Highmore le acompaña como Max de niño y realizan una dupla carismática y muy querida. Archie Panjabi interpreta a Gemma, la autoritaria secretaria de Max.

A todo ésto se le suma una banda sonora espectacular. Compuesta por Marc Streitenfeld. Además de esos magníficos temas del buen compositor alemán, la películacuenta con canciones desde Edmundo Ross hasta Alizée con su famoso Moi... Lolita.

Con todos éstos ingredientes Un Buen Año es mi película favorita, pero no voy a pecar de muy subjetivo. Mi puntuación es de 8'9.

Y esto ha sido todo por hoy. Vean éstas películas y disfruten en compañía de una copa de vino. Un saludo. Quieranme.

Aarón Hernández.