lunes, 14 de enero de 2013

Cosas Que Perdemos.


Bienvenidos otra semana más a 7 Artes. Hoy, como todos los Lunes, traigo una reflexión. La melancolía es ese sentimiento de perdida, de echar de menos momentos, lugares y personas que no volverán. Hoy analizamos de forma ligera todo lo que perdemos.

Perdemos personas. Porque salen de nuestra vida o porque se van para siempre. Perdemos amigos, familiares. Perdemos enemigos que acaban siendo amigos. Perdemos amores que parecían infinitos. Perdemos momentos con esas personas, momentos que, como las golondrinas de Bécquer, no volverán.

Perdemos el tiempo lamentándonos. Perdemos minutos quejándonos de la vida. La vida es dura, oscura y sorprendentemente cruel, pero aún así es corta y perdemos el tiempo. Perdemos el tiempo esperando a la media naranja, perdemos el tiempo buscando a quien, quizás, nunca llegue. Perdemos el tiempo echando de menos los antiguos amores.

Perdemos aventuras y pasiones por estar comprometidos. Perdemos calor y afecto por estar solteros. Perdemos credibilidad por equivocarnos. Perdemos amigos por mentiras propias o ajenas. Perdemos momentos en los que deberíamos haber estado y ausencias en momentos en los que sobrábamos.

Se nos escapa la vida entre los dedos. La perdemos. Perdemos la vida, día a día. Nuestro corazón muere un poco a cada momento, persona o lugar que perdemos. No creemos en el amor hasta que lo sentimos y cuando lo perdemos, perdemos la confianza en él.

El pasado es un perdida constante. Mueren los momentos mágicos y ni nos damos cuenta de que está sucediendo. Mientras los vivimos se van apagando de forma clara. Demasiado ciegos nosotros para notarlo. Miramos atrás y no encontramos más que errores. Errores que quisimos cometer. ¿Son errores entonces? Para los demás, probablemente. Para ti, solo tú lo decides.

Somos unos perdedores. Hasta el más triunfador es un perdedor. Mientras el tiempo pasa perdemos muchas cosas. Juventud, interés, ilusión. Y ahí está el problema, en perder la ilusión. Es inevitable perder todas éstas cosas, pero la ilusión no se debe perder.

Perdemos cosas que nunca tuvimos, ni tendremos. Porque no nos atrevimos a intentarlo. La falta de valor nos hace perder miles de cosas que nunca sabremos como se pudieron desarrollar. Amores que nunca existieron, lugares que nunca visitamos, momentos que nunca vivimos. Errores que no cometimos por miedo a cometer un error.

Los emocionalmente cerrados perdemos personas. Porque no supimos quererlas como ellas nos quisieron. Porque no queremos a nadie más en nuestra vida, más que a un limitado grupo de personas y nuestra valiosa soledad.

Perdemos el juicio los atormentados. Perdemos el sudor trabajando. El aliento muriendo. Las lágrimas llorando. Llorando por gente que perdimos. Perdemos la mirada hundida en el pasado. Los labios añorando encontrar a otros.

Un hombre debe aceptar sus derrotas con la misma elegancia que las victorias. El acto de perder repercute en una gran sabiduría, cuyo artículo menor es que se disfruta mucho más ganando. Es inevitable perder de vez en cuando, el truco consiste en no convertirlo en un hábito.

Por suerte, nos quedan muchas victorias. Muchos grandes momentos. Muchas noches de leyenda. Nos queda aún mucho que ganar. Mientras no se pierda la ilusión, tendremos aún motivos para seguir. Seguir perdiendo y ganando.

Y ésto ha sido todo por hoy. Un saludo. Quieranme.

Aarón Hernández.

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