lunes, 18 de marzo de 2013

Bocazas.


Bienvenidos una semana más a 7Artes. Inauguro, como todos los lunes, éste fantástico blog. Otra semana más contaremos con el análisis Champions de Paco Titos y con las imperdibles reflexiones de nuestro azote de la sociedad, Carlos Sánchez.

Hoy, quiero dedicar mi espacio de los lunes a ser también el azote de la sociedad. De todo es sabido que soy bastante crítico y mordaz y por ello hoy voy a hablar de un tema que ha existido a lo largo de toda la historia. Los bocazas.

Yo soy el primero. Soy un bocazas de primer nivel, pero puede haber dos tipos de bocazas. El bocazas a secas y el bocazas salvado a la larga. El bocazas salvado a la larga es el género con el que me identifico, es aquella persona que pese a resultar bocazas en un momento dado del tiempo, luego se demuestra su razón y deja de ser bocazas. Es algo así como un visionario incomprendido, como Copérnico o Leonardo Dantés.

He de decir, que en muchas ocasiones soy bocazas a secas, pero eso no lo podéis saber porque he de ser perfecto y atractivo a él gran público. Sé que me queréis en el fondo y que soy como el Papa. Esta analogía está bien teniendo en cuenta que soy un hombre que llega a miles de países. Argentina, EEUU, Chile, Alemania, Burkina Faso, Narnia, Niboria y por supuesto España, han visitado mi blog en alguna ocasión.

Pero no nos desviemos del tema. Como antes he dicho, a lo largo de la historia siempre ha habido un bocazas a secas, aquel que tenía ideas disparatadas y las transmitía como un genio, aquel que siempre metía la pata, el que se iba de la lengua y un largo etcétera. En la prehistoria siempre había un bocazas que decía que las pinturas rupestres se verían mejor en el suelo, así a lo bohemio. También habría alguien que le dijese a Da Vinci que no llegaría a nada y miradlo, ahora tiene un hotel en Granada. Probablemente también habría alguien que dijo que Mario Casas jamás sería buen actor, un momento, jaja, HUMOR.

Los bocazas que no demuestran llevar razón a la larga, acaban convirtiéndose en más bocazas aún e intentarán ocultar lo que un día dijeron. Sin embargo, hoy día en esta era informática del diablo, con Twitta, Feisbu, Cani... Tuenti, perdón, es imposible ocultar lo que un día dijiste. La opinión que expresaste queda grabada para salir a la luz y dejarte ante la mirada de todos como lo que eres, un bocazas.

Porque no nos engañemos, los tweets, los estados de Tuenti, son máquinas de matar. Se quedan ahí y demuestran si te equivocaste o no. Más aún si dedicas tu existencia Twittera a contar tu vida y tu estado de Tuenti a narrar tu cambiante situación sentimental. Esto último es muy frecuente entre la masa de quinceañeros. Ese precioso estado "Mi vida no es nada sin ti, te amo. 31/2/1890" pasa en cinco minutos a convertirse en un "Te odio, bale? Me as destrozao la esitencia" (Siento las faltas, pero son para darle mucho realismo y dejaros crazys of the head).

Todos ellos bocazas. Y Twitter es el hervidero de bocazas en tiempo de futbol. Así observamos la hipocresía de los que festejan con palmas anales o vaginales los goles contra el equipo rival afirmando que ya están eliminados de la competición. Ejemplo práctico: "JAJAJA Gol de Ramos en propia, el MadriT para casa". Teniendo en cuenta que se tragaron sus palabras, como buenos bocazas, se les cayó el Wi – Fi. La siguiente semana la gente no confiaba en la remontada del Barça y veíamos Tweets de diversa índole. "No van a remontar" "Igual remontan e igual riego el ficus" "Si remonta el Barça me hago las ingles brasileñas en la cabeza" y un largo etcétera. Se tragaron sus palabras y se les cayó el Wi – Fi.

En resumen. Todos pecamos de bocazas, ya sea de bocazas a secas o bocazas con razón a la larga. Lo importante es ser prudente y decir que pierde el Celta, que ahí siempre vais a acertar. También podéis apostar a que Aranda se cabra cuando lo cambian. Apuestas seguras para evitar cierres de boca traumáticos.

Y con esto me despido. Que VinSente esté con vosotros y con vuestro espíritu. Mañana análisis champions de PacMan. Ah, y recordad lo que decía el sabio: "La primaver me dija lococ". Ahí lo lleváis. Odiadme.

Aarón Hernández.

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