jueves, 4 de febrero de 2016

El vacío.


*Pura ficción.

La eterna e interminable caída. La precipitación constante hacia el suelo. En la que el suelo es el más profundo fondo de nuestras inseguridades y nuestros males. El acercamiento colérico hacia la destrucción. El vacío es el lugar que recorremos entre el borde del acantilado y la destrucción total. 

Un filo del abismo que se desprende con sus rocas y sus plantas muertas y nos arrastra en una caída cuyo único límite es el límite de todo. El fin. La nada absoluta. Cuando todo está perdido. Cuando nada importa. 

¿Qué precipita la caída? ¿Qué desprende los cimientos de la vida de nuestro personaje que cae sin ninguna forma de remedio? ¿Qué hace que no se detenga? 

Ese acantilado no se ha roto así porque si. Ese hombre no ha llegado a ese filo y se ha expuesto porque meramente le apetecía. Algo le ha llevado a esa situación. Y aunque queramos comprenderlo jamás lo haremos. Eso solo lo sabrá él. Y él es el que cae. Él nunca lo dirá. Simplemente se dejará llevar por la inercia de la caída. Nada significará tanto para él como la liberación de la existencia más dolorosa. 

Pero esta persona cae y no se mata. Se hunde. Desaparece entre los pliegues de la melancolía y el muchas veces olvidado término "echar de menos". Y echa de menos. Y añora lo que ya no tiene. Y cree que la vida hace tiempo que dejo de tener sentido. Y se recrea en las más tristes melodías y en esperanzas que no existen. En cosas que ya no sucederán. Todo ha terminado. 

Y cuando se ha quedado en el más absoluto limbo, despierta. Y nada hacia la superficie. Y ve la luz. Y sus ilusiones existen. O eso cree. Se relaciona, se mantiene en equilibrio y vive otra vez. Pero aquello que lo marcó no dejará su cuerpo y su mente. Y nada es lo mismo. Todo es un sucedáneo. 

Entonces descubre algo. Será siempre aquel bajo la máscara. Eterno interprete de un papel de cara al público. Una sonrisa fingida. Una mentira mayor que su ego. Porque nunca ha dejado de caer. Nunca ha dejado de hundirse en el vacío. Nunca jamás será más que el hombre que no se reconoce como tal si no es en compañía de otros. De su público y hace de la sociedad su escenario. Y de la soledad su realidad. Y de la caída su vida. Del vacío su mundo. 

"Alguna vez hubo alguien detrás de la máscara pero me lo extirparon con cirugía." - Peter Sellers.

Aarón Hernández.

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